Encuentro en Washington: Seguridad y Comercio en la Balanza entre México y Estados Unidos
La reunión en Washington entre funcionarios mexicanos y estadounidenses, incluida la participación del secretario de Estado Marco Rubio, tuvo lugar el 27 de febrero de 2025, y se centró en temas de seguridad y comercio, en un momento clave para la relación bilateral.
La delegación mexicana, encabezada por el canciller Juan Ramón de la Fuente, incluyó al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch; al fiscal general Alejandro Gertz Manero; al secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla; y al secretario de Marina, Raymundo Morales.
Este encuentro se dio en el contexto de la extradición masiva de 29 narcotraficantes mexicanos a Estados Unidos, incluyendo a Rafael Caro Quintero, ocurrida ese mismo día, lo que marcó un gesto significativo de cooperación.
En el ámbito de la seguridad, el objetivo principal fue discutir estrategias coordinadas para combatir el narcotráfico, especialmente el tráfico de fentanilo, un punto de presión constante por parte del gobierno de Donald Trump.
La reunión fue descrita como cordial y productiva por el Ministerio de Relaciones Exteriores de México, y se acordaron acciones conjuntas para enfrentar el crimen organizado, respetando la soberanía de ambos países.
Esto ocurrió tras semanas de tensiones, ya que Trump había amenazado con imponer aranceles del 25% a productos mexicanos a partir del 4 de marzo si no se observaban avances significativos en este frente. La extradición y el diálogo buscaban demostrar el compromiso mexicano y evitar dichas sanciones económicas.
En el aspecto comercial, aunque la reunión con Rubio se enfocó más en seguridad, fue parte de un esfuerzo más amplio de negociación bilateral. Paralelamente, el secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, tenía programado reunirse al día siguiente, 28 de febrero, con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, para abordar directamente las amenazas arancelarias y otros temas comerciales.
La presencia del gabinete de seguridad en Washington coincidió con un momento crítico: Trump había pospuesto los aranceles un mes (hasta marzo) como incentivo, pero mantenía la presión para que México intensificara sus esfuerzos contra el fentanilo y la migración.
El trasfondo diplomático incluyó declaraciones previas de Rubio reconociendo el tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México como un problema compartido, lo que abrió una vía de entendimiento.
Asimismo, el gobierno de Claudia Sheinbaum buscaba consolidar un acuerdo que evitara los aranceles, destacando acciones como el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera. En resumen, esta reunión fue un paso estratégico para aliviar tensiones, fortalecer la cooperación en seguridad y sentar las bases para negociaciones comerciales subsiguientes, todo bajo la sombra de las políticas de línea dura de la administración Trump.